A todos nos a llegado a pasar que en determinado momento nos
sentimos tan incomprendidos que creemos que nadie siente lo que nosotros, o que
a nadie le preocupan las mismas cosas que a nosotros o que nuestra forma de
pensar es incomprendida; y llegamos a pensar que a pesar de estar rodeados de
familiares o amigos, realmente estamos solos. Es cuando entonces estás mal, cuando lo ves todo negro,
cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada
instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías
liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde,
sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: «El no está». Ya no está. Y
entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú. Desaparecer.
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